Mejor no escribir al respecto... todo lo que se diga puede ser usado en contra del reino de Piniponia.
sábado, 28 de junio de 2008
domingo, 22 de junio de 2008
ENLACES + TERRORISMO POÉTICO
Primero un enlace que no está nada mal: la web de Marco Montiel-Soto, venezolano radicado en Berlín, que aparece por acá de vez en cuando y se pone a molestar a la gente. Creo que tenía otro vínculo en mente pero se me escapa ahora mismo...
Terrorismo poético. Hakim Bey
BAILES INVEROSIMILES EN CAJEROS automáticos nocturnos. Despliegues pirotécnicos ilegales. Land art, obras terrestres como extraños artefactos alienígenas desperdigados por los parques naturales. Allana moradas pero en vez de robar, deja objetos poético-terroristas. Secuestra a alguien y hazlos felices.
Elige a alguien al azar y convéncele de ser el heredero de una inmensa, inútil y asombrosa fortuna - digamos 5000 hectáreas de Antártida, o un viejo elefante de circo, o un orfanato en Bombay, o una colección de manuscritos alquímicos -. Al final terminará por darse cuenta de que por unos momentos ha creído en algo extraordinario, y se verá quizás conducido a buscar como resultado una forma más intensa de existencia. Instala placas conmemorativas de latón en lugares (públicos o privados) en los que has experimentado una revelación o has tenido una experiencia sexual particularmente gratificante, etc.
Ve desnudo como un signo.
Convoca una huelga en tu escuela o lugar de trabajo sobre las bases de que no satisfacen tus necesidades de indolencia y belleza espiritual.
El arte del graffiti prestó cierta gracia a los laidos subterráneos del metro y a los rígidos monumentos públicos; el TP también puede ser creado para lugares públicos: poemas garabateados en los lavabos del juzgado, pequeños fetiches abandonados en parques y restaurantes, arte en fotocopias bajo el limpiaparabrisas de los coches aparcados, Consignas en Grandes Caracteres pegadas por las paredes de los patios de recreo, cartas anónimas enviadas a destinatarios conocidos o al azar (fraude postal), retransmisiones piratas de radio, cemento fresco…
La reacción o el choque estético provocados por el TP en la audiencia han de ser al menos tan intensos como la agitación propia del terror - asco penetrante, excitación sexual, asombro supersticioso, angustia dadaesca, una ruptura intuitiva repentina - no importa si el TP va dirigido a una sola o a muchas personas, no importa si va “firmado” o es anónimo, si no transforma la vida de alguien (aparte de la del artista) es que no funciona.
El TP es un acto en un Teatro de la Crueldad que no tiene ni escenario, ni filas de asientos, ni localidades, ni paredes. Con objeto de que funcione en absoluto, el TP debe desvincularse categóricamente de toda estructura convencional del consumo de arte (galerías, publicaciones, media). Incluso las tácticas de guerrilla situacionistas de teatro callejero resultan ya demasiado conocidas y previsibles.
Una seducción exquisita - conducida no sólo por la causa de la mutua satisfacción sino también como acto consciente en una vida deliberadamente bella - puede ser el TP definitivo. El terrorista P se comporta como un estafador cuyo objetivo no es el dinero sino el CAMBIO.
No hagas TP para otros artistas, hazlo para gente que no repare (al menos por un momento) en que lo que has hecho es arte. Evita las categorías artísticas reconocibles, evita la política, no te quedes a discutir, no seas sentimental; se implacable, arriésgate, practica el vandalismo sólo en lo que ha de ser desfigurado, haz algo que los niños puedan recordar toda la vida - pero no seas espontáneo a menos que la musa del TP te posea-.
Vístete. Deja un nombre falso. Se legendario. El mejor TP está contra la ley, pero que no te pillen. Arte como crimen; crimen como arte.
miércoles, 11 de junio de 2008
BELLEZA MONÓTONA
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¡Guácala! ¡Ya me aburre!
jueves, 5 de junio de 2008
FOTOS DE OFICINA + TEXTO DE LA DISECCIÓN...
Oficina de detective
Zai, Pinipón y Niseiko
Igual que la anterior
Miguel///Pinipón
Zai, Pinipón y Niseiko
Igual que la anterior
LIBER AURICULARUM.
Muchas veces pasa que descuido más de lo necesario mi apariencia y, cuando me paro frente a un espejo, me doy cuenta que apenas se me ve una esquina de cada oreja, por eso pensé dales un regalito hablando de ellas con la gente.
Bueno, lo primero que quiero decir es que antes, pero muy muy antes, hasta más que mis abuelos, las orejas se llamaban auriculam (sí, cada una, no sé cómo se entendían con eso), pero como a nosotros nos importa más comer que hablar bien, pues nos tragamos una que otra letrica de ahí y listo: si mentendiste, vamos bien. Terminaron por llamase oreja (otra vez cada una) y orejas (con un suspiro a lo último) cuando andan en equipo.
Pero si lo del nombre es curioso, más fino es cuando te dai cuenta que adentro tienen cosas que todavía no entiendo cómo caben ahí, y además, sin que me duela. Me refiero al yunque, al martillo, al caracol y hasta un vestíbulo (cosas que le quedan a uno de cuando estudió primaria; pero hasta ahí, porque ni la más mínima idea de lo que hacen). Esto da pie, por ejemplo, a que uno se pregunte si en ese vestíbulo hay algo o alguien que recibe a otros algos o álguienes. O si ese yunque y ese martillo fabrican muy quedos toda la cera que se desbordaba y yo lucía sin saber, hasta que una niña coqueta del salón me acusaba con la maestra y le hacía pasar mucha pena a mi mamá. O también, si ese caracol suena como el viento de la playa y que se parece mucho al que se oye a veces en mi casa.
Como ven, la cosa es bien confusa.
Otra cosa que también me gusta mucho dellas (y que yo sé que Uds. saben), es que puedo oír cosas que me gustan: el grito de gol, el eterno silbido de mi papá, las carcajadas de los bebés (o de quien sea), el mini terremoto de mi maquinita de espresso, el charrasquéo de las guitarras, el tilín del tenedor chocando con el plato, y así, un montón de cosas más.
¡...y los poemas! Casi se me olvidan. Ellos suenan y hay muchos que me gustan porque vuelan por el aire, hablan con el algo o alguien del vestíbulo y siguen padentro del oído, y como me gusta, me río sin que me de cuenta. Yo creo que debe ser algo así como cuando me dijeron que dijera rápido y muchas veces "vaca, gandola, vieja", y cuando voy a ver, estaba diciendo otra cosa y los demás se reían y después yo también. A lo mejor esejel truquito de los poetas: ponen a cagar a las viejas diciendo otra cosa y listo, pasan a la Historia con "H" mayúscula.
Y la vez que un profesor dijo en clase "el jazz ya es otra cosa". No me acuerdo de lo que dijo antes ni lo que siguió a esa frase, pero esas 6 palabras se metieron tipo flechazo en los oídos y se construyeron una casita en alguna parte de mi cabeza. Claro, de más está decir que me reí ahí mismo, así como cuando te llegan las ganas de estornudar y ¡achú!, lo soltái todo sin pensalo mucho; bueno, así.
Yo no sé si esto que voy a decir es nuevo o una suerte de revelación, pero se me ocurre que la risa empieza en los oídos. Bueno, no siempre, pero sí muchas veces. Sea como sea, yo como que debería estar más agradecido y cortame el pelo más a menudo, así ellas... o ellos (qué sé yo) podrían guiarme mejor y yo podría practicar, por fin, mi caminar hombruno, a lo estrella de televisión.
Por cierto, ahora que digo "televisión", me acuerdo de uno de mis hermanos que decía "tevilisión"; y este recuerdo me lleva, a su vez, a acordame cuando unos
chamos de por la casa me preguntaron por qué "semáforo" y no "semáfaro", si ésta hasta lleva incluida el faro. Claro, ahora me parece fino, pero en el momento me lancé una de licenciado en Letras, bien grillúo (o ufano, si prefieren), y les salí con que si el griego y la contigüidad fónica y toesa paja. ¡Qué bolas! Como pa que dijeran "Miguel si sabe".
En fin, mejor retomo lo de los oídos antes que termine hablando de café o de fútbol.
Hay otra cosa respecto a las orejas, bien sinvergüenzona, por cierto... aunque mejor no, me da pena y sería como una traición; además, yo más bien soy tipo tranquilo y ya, pues. Lo único que les digo es que tiene que ver con chamas, besos, cosquillas y, por supuesto, orejas.
Bueno, eso es todo.
Yo creía que iba a ser más difícil hablar de los oídos solamente, pero a la final no fue tanto; aunque acepto que a veces me iba pa otras cosas, pero bueno, siempre tenían alguna relación con mi tema.
No, ahora sí. Es todo.
Gracias.
Bueno, lo primero que quiero decir es que antes, pero muy muy antes, hasta más que mis abuelos, las orejas se llamaban auriculam (sí, cada una, no sé cómo se entendían con eso), pero como a nosotros nos importa más comer que hablar bien, pues nos tragamos una que otra letrica de ahí y listo: si mentendiste, vamos bien. Terminaron por llamase oreja (otra vez cada una) y orejas (con un suspiro a lo último) cuando andan en equipo.
Pero si lo del nombre es curioso, más fino es cuando te dai cuenta que adentro tienen cosas que todavía no entiendo cómo caben ahí, y además, sin que me duela. Me refiero al yunque, al martillo, al caracol y hasta un vestíbulo (cosas que le quedan a uno de cuando estudió primaria; pero hasta ahí, porque ni la más mínima idea de lo que hacen). Esto da pie, por ejemplo, a que uno se pregunte si en ese vestíbulo hay algo o alguien que recibe a otros algos o álguienes. O si ese yunque y ese martillo fabrican muy quedos toda la cera que se desbordaba y yo lucía sin saber, hasta que una niña coqueta del salón me acusaba con la maestra y le hacía pasar mucha pena a mi mamá. O también, si ese caracol suena como el viento de la playa y que se parece mucho al que se oye a veces en mi casa.
Como ven, la cosa es bien confusa.
Otra cosa que también me gusta mucho dellas (y que yo sé que Uds. saben), es que puedo oír cosas que me gustan: el grito de gol, el eterno silbido de mi papá, las carcajadas de los bebés (o de quien sea), el mini terremoto de mi maquinita de espresso, el charrasquéo de las guitarras, el tilín del tenedor chocando con el plato, y así, un montón de cosas más.
¡...y los poemas! Casi se me olvidan. Ellos suenan y hay muchos que me gustan porque vuelan por el aire, hablan con el algo o alguien del vestíbulo y siguen padentro del oído, y como me gusta, me río sin que me de cuenta. Yo creo que debe ser algo así como cuando me dijeron que dijera rápido y muchas veces "vaca, gandola, vieja", y cuando voy a ver, estaba diciendo otra cosa y los demás se reían y después yo también. A lo mejor esejel truquito de los poetas: ponen a cagar a las viejas diciendo otra cosa y listo, pasan a la Historia con "H" mayúscula.
Y la vez que un profesor dijo en clase "el jazz ya es otra cosa". No me acuerdo de lo que dijo antes ni lo que siguió a esa frase, pero esas 6 palabras se metieron tipo flechazo en los oídos y se construyeron una casita en alguna parte de mi cabeza. Claro, de más está decir que me reí ahí mismo, así como cuando te llegan las ganas de estornudar y ¡achú!, lo soltái todo sin pensalo mucho; bueno, así.
Yo no sé si esto que voy a decir es nuevo o una suerte de revelación, pero se me ocurre que la risa empieza en los oídos. Bueno, no siempre, pero sí muchas veces. Sea como sea, yo como que debería estar más agradecido y cortame el pelo más a menudo, así ellas... o ellos (qué sé yo) podrían guiarme mejor y yo podría practicar, por fin, mi caminar hombruno, a lo estrella de televisión.
Por cierto, ahora que digo "televisión", me acuerdo de uno de mis hermanos que decía "tevilisión"; y este recuerdo me lleva, a su vez, a acordame cuando unos
chamos de por la casa me preguntaron por qué "semáforo" y no "semáfaro", si ésta hasta lleva incluida el faro. Claro, ahora me parece fino, pero en el momento me lancé una de licenciado en Letras, bien grillúo (o ufano, si prefieren), y les salí con que si el griego y la contigüidad fónica y toesa paja. ¡Qué bolas! Como pa que dijeran "Miguel si sabe".
En fin, mejor retomo lo de los oídos antes que termine hablando de café o de fútbol.
Hay otra cosa respecto a las orejas, bien sinvergüenzona, por cierto... aunque mejor no, me da pena y sería como una traición; además, yo más bien soy tipo tranquilo y ya, pues. Lo único que les digo es que tiene que ver con chamas, besos, cosquillas y, por supuesto, orejas.
Bueno, eso es todo.
Yo creía que iba a ser más difícil hablar de los oídos solamente, pero a la final no fue tanto; aunque acepto que a veces me iba pa otras cosas, pero bueno, siempre tenían alguna relación con mi tema.
No, ahora sí. Es todo.
Gracias.
Miguel///Pinipón
Maracaibo25-29/02/2008.
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