domingo, 13 de julio de 2008

JEAN COCTEAU. ¿APUNTES SOBRE EL POEMA SONORO?


El texto que sigue fue extraido del libro Opio, de Jean Cocteau.


Carta de Columbia. - Si después de mi convalescencia, grabo poemas, evitaré el sacar una fotografía de mi voz. Un problema más que se plantea. Resolverlo abriría una puerta a posibilidades asombrosas de discos convertidos en objetos auditivos en lugar de ser simples fotografías para el oído.
Colocación improvisada de las palabras, vena emocional, encuentro fortuito de las palabras graves con una orquesta de baile, el azar hecho estatua; en suma, un medio para atrapar la suerte, para crear lo definitivo, medio absolutamente nuevo, absolutamente impracticable en los tiempos en que era preciso aparecer en persona cada noche.
Evitar los poemas al estilo Plain-Chant; escoger los poemas de Opera, los únicos lo bastante rotundos para prescindir del gesto, del rostro, del fluido humano, para resistir junto a una trompeta, a un saxofón, a un tambor negro.


* * *
Hablar bajo muy cerca del micrófono. Ponerse el micrófono en el cuello. Supongo que así cualquiera voz agradable derrotaría a Chaliapin, a Caruso.


* * *
Regrabar discos. Cambios de velocidad convertidos de nuevo en normales. Voces celestes.


* * *
Es importante que la voz no se parezca a mi voz, sino que la máquina emplee una voz propia, nueva, rotunda, desconocida, creada en colaboración con ella. El Busto, por ejemplo, declamado, clamado por una máquina como por la máscara antigua, por la antigüedad.
No adorar nunca más las máquinas ni emplearlas como mano de obras. Colaborar con ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario