Veamos. Sin entrar a la nota en sí, intentemos entender de qué va la cosa.
Lo primero que viene a mi cabeza es la imagen de un zombi que de pronto, en medio de la noche, ataca a algún conductor... y pobre de él y de los que sufrieron las consecuencias.
Pero no, no fue así. Lean la nota y «comprenderán» bien el asunto.
Al final, es cuestión «gongorina».
Para ver y alucinar más con cosas como éstas, mejor morderse la lengua.
Bueno, pero qué racista. ¿Y los muertos no tienen derechos, pues? Un muerto puede causar tantos accidentes como cualquier vivo. Es más, tienen hasta más swing, por aquello del mal olor, los zombies y demás.
ResponderEliminarNo sé, es como El Cementerio de Animales de Stephen King, pero con pastelitos. Porque todos sabemos que hacen falta pastelitos en el Maine de King.
Pastelitos, un "oranche" o una Fanta y, al final, un par de galletas pegadas.
ResponderEliminar...con el periodiquito bajo el brazo, claro está.