sábado, 6 de abril de 2013

¿QUIÉN HABLA?

Instalación de Bruno Taylor

A finales de 2011 salió la noticia: María Kodama, viuda de Borges, interpuso una demanda —que ganó— para retirar El hacedor (de Borges), Remake, de Agustín Fernández Mallo. Posteriormente, pasó lo mismo con El Aleph engordado, del escritor argentino Pablo Katchadjian. No es casual entonces que luego en las redes sociales Germán Sierra escribiera: «Ser denunciado por María Kodama se está convirtiendo en un género literario».

La cuestión de la apropiación, el plagio, la intervención textual, la cita, el intertexto y la recontextualización tiene ya tiempo sobre el tapete. De hecho, en Pierre Menard, autor del Quijote, del propio Borges, se plantea el tema: Pierre Menard es un escritor cuya «admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran —palabra por palabra y línea por línea— con las de Miguel de Cervantes»; «No quería componer otro Quijote —lo cual es fácil— sino el Quijote». También varios autores del Siglo de Oro español (si no todos) incorporaron a su escritura composiciones populares. Y no podemos olvidar un caso especial: en el mismo Quijote, el narrador se consigue unos manuscritos en árabe de un tal Cide Hamete Benengeli, que serían los originales, y se siembra la duda de la autoría. En resumen, no estamos en presencia de una estrategia ficcional nueva, sino todo lo contrario. El problema tal vez resida en que a partir del siglo XX la literatura se empezó a mostrar a sí misma con insistencia, como dándole vuelta a la ropa para dejar ver las costuras, tal como ya se presentaba en la novela de Cervantes.

De los términos que hemos usado hasta ahora, el que más tiene terreno ganado parece ser el de apropiación, entendido (tomando un término de la música electrónica vía Fernández Porta) como uso de samples; esto es, fragmentos de un discurso («literario» en este caso), modificados o no, que se ponen en comunicación con uno o más discursos por medio de la recontextualización, de modo que estos multiplican las posibilidades de crear sentidos; los enunciados entran en contacto y por una suerte de ósmosis estos indican nuevas direcciones en la lectura.

El 7 de marzo el poeta Ben Austin retuiteó una pregunta: «Should you plagiarize for free?» (‘¿deberías plagiar gratuitamente?’). Respondemos con otras preguntas: ¿Qué significa plagiar?, ¿qué es el copyright?, ¿qué nombre y qué voz se pierden?, ¿quién es el autor?, ¿quién habla?

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* Texto publicado originalmente en el diario La Verdad (6-IV-2013, p. 4)

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