domingo, 19 de julio de 2009

NOTAS DE UNA POÉTICA (III)


La poesía suena
Juan Antonio Calzadilla Arreaza


«El efecto poético, la poesía de una frase, surge de un uso inusual del lenguaje. La poesía hace sonar el lenguaje como no suena en nuestro uso corriente. Según el modelo de la comunicación, el lenguaje es utilizado como instrumento o medio de un mensaje, y desaparece con la transmisión de emisor a receptor. Nadie se detiene ante las palabras que emitimos todos los días. La poesía, en cambio, hace sonar el lenguaje de otra manera, hace que nos detengamos anta la palabra.

Boris Tomachevski, el formalista ruso, buscó explicar este efecto con el término 'desautomatización'. El lenguaje tiene la propiedad de desautomatizarse, es decir, puede romper con los mecanismos de la comunicación ordinaria en los que él es simple instrumento imperceptible. La desautomatización hace que percibamos el lenguaje y no sólo el mensaje. Estos efectos de alteración o desviación en el uso habitual de la lengua, actos de desautomatización verbal, constituyen en general la expresividad literaria.

La desautomatización poética no transmite un mensaje (modelo de la comunicación) sino que expresa un sentido (modelo de la expresión). La visibilidad de la palabra, su afirmación de ser, mediante su expresión, un ser en sí misma, no la aleja de la realidad del contenido que expresa. El mensaje de la comunicación no es más real que el sentido de la expresión. El sentido es lo que hace que las palabras signifiquen algo. El mensaje más bien presupone el sentido. Como acto que liga el contenido a la expresión, el sentido es la síntesis fundamental de la realidad y el lenguaje. Al hacernos detenernos ante la palabra, palabra sonora, palabra que es, la poesía revela el poder significativo, afirmador de sentidos, del lenguaje.

El genial poeta y crítico vanguardista norteamericano Ezra Pound consideraba que normalmente hablamos con un mínimo de sentido (meaning). La poesía tiene por función recargar de sentido las palabras, depurando y remozando el lenguaje de una sociedad. El vigor de la expresión poética depende de la cantidad o intensidad de sentido que pone en juego. El poeta contribuye así a que la sociedad emplee el lenguaje, y por ende el pensamiento, de manera más clara, exacta y eficaz, más cargada de sentido.»

FUENTE: CALZADILLA ARREAZA, Juan Antonio (2005). Módulo para talleres de expresividad literaria y poética. Ministerio de la Cultura. Consejo Nacional de la Cultura. Caracas, Venezuela. pp. 9-10.

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